Por Corina F. D’Antoni
Hace menos de un mes abrí mi perfil en LinkedIn y ya me siento una experta en mi trabajo, en particular, y en la vida, en general. 😎 He aprendido a triunfar en los negocios💰 , a usar las redes 🛜 y a evitar las redes 📵, a desarrollar habilidades blandas😌 y a dejar de lado las duras, a utilizar la IA para casi todo y a no depender de ella, y hasta puedo comunicarme como una liderza con asertividad y humildad 😇… entre muuuchas otras cosas. A nivel personal, ya sé cómo silenciar mi mente🤫, qué hacer y qué no hacer con mis hijos-as👩👧👦, cómo dominar el arte de la seducción😏, sé qué comer para ser feliz 😀, y qué ejercicios hacer para recuperar el cuerpo que tenía a los 20 🏃♀️, hasta sé cocinar como un chef Michelin.👩🍳 ¡Casi nada! También he descubierto los secretos de la felicidad plena 🕊️, la resiliencia a prueba de bombas 💣, el mindfulness para principiantes y la meditación trascendental🧘♀️. ¡Tengo todo un máster en desarrollo personal! 🙌
Y es porque en esta plataforma me ofrecen las recetas de 🔟 ingredientes (a veces 12) y los cursos necesarios para conseguir el éxito personal y profesional con el que siempre he soñado.😪
Ahora bien, me pregunto, ¿Qué efectos tiene esto para la gente que está en el paro o simplemente no está anímicamente bien? Pareciera ser que, si no triunfas en los negocios, no logras una promoción, no encuentras el amor verdadero o no has alcanzado la iluminación espiritual, ¡con lo fácil que es!, es porque no has sabido seguir bien los 10 pasos de las recetas para….
En definitiva, parece que el sueño americano se ha digitalizado y ahora está al alcance de tu mano, literalmente hablando, a través de la pantalla del móvil, con solo seguir consejos virtuales.
Los años de estudio, compaginando mis carreras con el trabajo, el esfuerzo invertido en cada curso mientras me ocupo de los cuidados de la familia y el hogar, la experiencia acumulada en diferentes trabajos, los avances gracias a la confianza que han depositado en mí, y el apoyo constante de familiares y amigos que me animan a progresar, así como los golpes de la vida que he tenido que sortear, de los que me he tenido que recuperar y que tanto me han enseñado, me hacen cuestionar si la proliferación de consejos que prometen recetas fáciles para alcanzar el éxito profesional y el bienestar personal no es en realidad una simplificación excesiva para que lo logren principalmente quienes los difunden.